La Corte Suprema de Justicia de la Nación puso punto final a la saga judicial del brutal crimen que conmocionó a la provincia de Tucumán en 2020: el asesinato a puñaladas del párroco Oscar Juárez, de 67 años. El máximo tribunal del país rechazó por inadmisible el recurso de queja presentado por la defensa del condenado, Jorge Leonardo Herrera, ratificando así la sentencia de prisión perpetua impuesta por la Justicia tucumana.
La tragedia ocurrió la noche del 14 de julio de 2020, entre las 22.40 y las 23.30, en la residencia parroquial de la iglesia San Martín de Porres. Jorge Leonardo Herrera, quien era hijo de la secretaria administrativa de la parroquia y persona de confianza del religioso, ingresó al domicilio con el claro objetivo de robar y matar al sacerdote. La víctima era conocida por su hábito de ahorrar en dólares.
El crimen fue calificado como "homicidio agravado con alevosía y criminis causa". La imputación fiscal precisó que Herrera actuó "sobre seguro", aprovechando que el padre Juárez estaba de espaldas, y le asestó 14 puñaladas con un arma blanca. El propósito de este ensañamiento era ocultar la obtención del dinero y asegurar su impunidad tras el robo.
Apenas un día antes del asesinato, el padre Juárez había entregado a su hermano aproximadamente 60 mil dólares para que se los cuidara, un detalle que se sumó al contexto del robo como móvil principal. El atacante, sin embargo, fue rápidamente ubicado gracias a las cámaras de seguridad de la zona, que lo situaron en la escena del crimen en el momento determinado por los peritos.
Las pruebas en su contra fueron consideradas contundentes durante el juicio oral. Entre ellas, además de la filmación, se encontraron en la casa de Herrera ropas manchadas con sangre. Un médico especialista en genética atestiguó que la sangre hallada en el pantalón, zapatillas y en el cuchillo secuestrado pertenecían al sacerdote, una prueba que se catalogó como "inapelable" por la parte querellante.
Finalmente, el tribunal tucumano integrado por los jueces Gustavo Aldo Romagnoli, Fabián Fradejas y Luis Morales Lezica, encontró a Herrera culpable y lo condenó a prisión perpetua. Tras un recurso de casación rechazado por la Corte Suprema de Tucumán en septiembre de 2023, la defensa acudió al máximo tribunal de la Nación, pero los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti ratificaron la pena, cerrando el caso de manera definitiva.